martes, 15 de abril de 2008

El caballero de la armadura oxidada


Cuando el caballero despertó, vió a Merlín y a los animales a su alrededor, intentó sentarse pero estaba demasiado débil. Merlín le tendió una copa de plata que contenía un extraño líquido:

- Bebe esto - le ordenó
- ¿Qué es?- preguntó el caballero.
- ¡Estás asustado! - Dijo Merlín - por eso te pusiste la armadura desde el principio.

El caballero no se molestó en negarlo, pues estaba demasiado sediento.
- Está bien, lo beberé. Viértelo en mi visera.
- No lo haré. Es demasiado valioso para desperdiciarlo.

Rompió una caña, puso un extremo en la copa y deslizó elk toro por uno de los orificios de la visera del caballero.
- ¡Esta es una gran idea! - dijo el caballero.
- Yo lo llamo una pajita - dijo Merlín.
- ¿Por qué?
- ¿Y por qué no?

El caballero se encongió de hombros y sorbió el líquido por la caña. Lo primeros sorbos le parecieron amargos, los siguientes más agradables y los últimos tragos fueron bastante deliciosos.
Agradecido, el caballero devolvió la copa a Merlín.
- Deberías lanzarlo al mercado. Te haría rico.

Merlín se limitó a sonreir.
- ¿Qué es? - preguntó el caballero.
- Vida
- ¿Vida?
- Sí - dijo el sabio mago - ¿No te pareció amarga al principio y luego, a medida que la degustabas no la encontraste cada vez más apetecible?

El caballero asintió.
- Sí, los últimos sorbos resultaron deliciosos.
- Eso fue cuando empezaste a aceptar lo que estabas bebiendo.
- ¿Está diciendo que la vida es buena cuando una la acepta? - preguntó el caballero.
- Acaso ¿no es así? - replicó Merlín levantando una ceja, divertido.
- ¿Esperas que aceptes toda esta pesada armadura?
- ¡Ah! - dijo Merlín - no naciste con esa armadura, te la pusiste tú mismo, ¿te has preguntado por qué?.

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